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DeeJay = Disc-Jockey = Dj = MontaDiscos


EL DJ, PERSONAJE DE LA HISTORIA DE CUALQUIER LUGAR PARA BAILAR; LLEGA TEMPRANO TARDE SE VA NI CUENTA TE DAS; HABRE SU CABINA CHECA EL SONIDO NO TENGA DISTORCIÓN; PREPARA SUS MECLAS PARA TI MI AMIGO PARA TU DIVERSIÓN; EL DESDE ARRIBA TE VA HA OBSERVAR QUIERE SABER SI EN VERDAD TE VAS A REVENTAR; PERO ES TIEMPO DE EMPEZAR POR QUE SI NO EL GERENTE EMPIEZA A MOLESTAR; CLARO SER DJ ES DECENTE Y EL QUE LO HACE ES SUPER CONCIENTE; POR QUE PARA SER ESTO YA SE NACE Y NINGUNO DE USTEDES NOS ENSEÑA COMO SE HACE Y SI ESTO NO LO QUIERES CREER MI CHIP, A LA CABINA QUIEN QUIERA QUE LE PASE ........



"DESDE TIJUANA HASTA CANCÚN LA MUSICA DEL DJ ES EL REVENTÓN"






Un disc jockey, deejay, diyei o pinchadiscos es el encargado de poner y mezclar la música en discotecas o en la radio. Popularmente se les llama DJs


DJ con su mezcladora y tornamesas hace el arte de mezclar discos es básicamente generar fusiones entre una pista de audio proveniente de una fuente A con otra de una fuente B, generando ritmos y texturas diversas, a fin de generar en el público asistente al club o la fiesta, una incitación espontánea y lúdica para bailar.

Hay muchos tipos diferentes de disc jockeys, dependiendo de si es de radio, o un productor/creador de música, o Dj de competición-exhibición, como los turntablist. Depende también del estilo de la música mezclada, (house, tecno, trance, chillout, reggae, hip hop, jazz,Poky_Cantados hardhause hardcore etcétera) y de las técnicas utilizadas. En general, el trabajo de un DJ de música pop es más simple que de DJs de hip hop y música dance, que usan técnicas que van mucho más allá que el simple poner discos (scratching, beatmatching, mixing, blending, cueing, phrasing, cutting, etcétera). También se encuentran en otros géneros, pero éstos son en los que cobran mayor importancia

El equipamiento utilizado habitualmente puede incluir micrófonos, giradiscos, mesa de mezclas, reproductor de CD, Samplers, procesadores de efectos, auriculares y ordenadores. En donde lo que se mantiene invariable es la mesa de mezclas o mixer, sin la cual no se podría mezclar. Ya que permite la conjunción graduada y armónica de las dos señales de audio, ecualizándolas (subiendo o atenuando grupos de frecuencias) a fin de dar distintos matices al sonido (calor, brillo...) Y regulando el volumen de cada canal.

No obstante, como ya se mencionó previamente la multiplicidad de fuentes de mezcla, son variadas, desde los cd players, ordenador etc. Sin embargo, la mística y esencia del dj tradicional, radica en mezclar con vinilos, ya que mediante los giradiscos (comúnmente llamados platos) se puede lograr un sonido más "humano", además de ser una fuente de sonido más manipulable ya que el vinilo está directamente al alcance del pinchadiscos mientras gira y reproduce su contenido, permitiendo hacer una diversidad de trucos turntablism. 





El arte de mezclar discos, es una actividad semi-creativa (totalmente creativa en el caso del turntablism), ya que el dj ejecuta su trabajo en función de dos o más pistas preestablecidas, es decir, sobre canciones ya elaboradas por artistas que producen sus propios discos. El dj trabaja sobre la base de éstas, pudiendo variarlas en base a las posibilidades de su mezclador, en el caso de tener herramientas integradas o externas como loop, sampler, efectos varios etc.

El origen de los dj's radica a finales de la década de los 60, en donde el desarrollo de la technología de sonido y amplificación, empezó a competir con la tradicional música de las orquestas imperantes en las fiestas y eventos de la época. No pudiendo competir con el ahorro económico que facilita un solo dj, con música envasada, liberando espacio para la pista de baile y brindando una mayor potencia de sonido gracias a la amplificación.

Luego con la década de los años 70, la música disco y el desarrollo de discos de vinilo con una mejor calidad de sonido, hizo que los disc jockeys se consolidaran, produciendo también todo el movimiento de los club o clubbing que seria el contexto de trabajo de los dj's actuales.

También mucho se le debe dentro de la misma década, al surgimiento de la música rap proveniente de los suburbios afroamericanos en EE.UU derivando de los sounds systems Jamaicanos., gracias al cual se desarrollaron muchas técnicas que posteriormente serían utilizadas, no sólo en el rap, sino también en la música dance y electrónica. Los dj de música rap de la época crearon el turntablism caracterizado comúnmente por el scratch y back spin como técnicas esenciales de trabajo, habiendo derivado en un virtuosismo tècnico con un mèrito realmente loable como disciplina artística. Beatjugglings, flares, crabs... la creatividad del Dj se ha disparado, del simple acompasamiento estructural y rítmico, a crear mùsica a partir de los sonidos del propio vinilo. 




Existen competiciones para determinar quién posee más técnica, como el DMC, que creando en los 80`s las competiciones mundiales, se han extendido a más de 30 países, coronando cada año al mejor Dj del mundo, desde el punto de vista técnico.

Los disc-jockeys se han dedicado a Mezclar discos durante décadas. Pero en los treinta años de existencia de la música dance electrónica se han convertido en símbolos culturales influyentes. Además de servir como guardianes de las industrias musicales locales, algunos DJ son embajadores musicales muy bien pagados que viajan alrededor del mundo para difundir las últimas tendencias musicales.

¿Ello se debe a que han aprendido a “hechizar” una pista de baile, a “trabajar” un disco de manera que suene a la vez familiar y completamente nuevo y a “enloquecer” a la multitud durante una fiesta? ¿O simplemente a que por fin reciben apetitosas pagas y disfrutan de la celebridad que acompaña al dinero y a la aparición en los medios de comunicación? Probablemente la respuesta sea todo lo anterior o un poco de cada cosa. Las raíces de la cultura DJ deben buscarse en centros urbanos conocidos desde hace tiempo como focos de creatividad musical como Nueva York, punto de partida ineludible de cualquier historia, incluso breve, de la era discjockera. Allí, a finales de los sesenta y principios de los setenta, el cruce entre la cultura afroamericana y la sensibilidad gay asumida colectivamente formó el núcleo de la cultura dance contemporánea.

La cultura de la música dance, ya se asocie con el disco, el club o el house, tiene sus raíces en Nueva York. La Gran Manzana se convirtió en la capital mundial de la música disco a mediados de los setenta, gracias a una vibrante cultura underground capitaneada por homosexuales afroamericanos y latinos. Las discotecas legendarias de la ciudad, The Sanctuary, The Loft, Better Days y Paradise Garage, entre otras, emergieron de la fusión de los tres tipos de ambientes musicales de los sesenta, que programaban música grabada con o sin disc-jockey. Los pioneros trabajaban en discotecas “a la francesa”, entre las que figuraban, en Manhattan, Le Club y, posteriormente, Arthur and Cheetah. Su diseño y clientela eran fiel reflejo de la idea, nacida en la posguerra, de la discoteca como un lugar elegante donde la jet-set podía tomar una copa. 


Esta visión elitista cambió a principios de los setenta, cuando las discotecas absorbieron los cambios que estaban transformando a la sociedad estadounidense. Mención aparte merece el hecho de que los jóvenes –en particular homosexuales, mujeres o miembros de minorías étnicas– que habían estado (o se habían sentido) marginados de la sociedad comenzaron a hacerse oír. Estos grupos incluían a hippies anteriores a Woodstock, poetas combat ivos, músicos, actores y otros artistas, así como a afroamericanos, latinos y caucasianos de clase media. Aunque en algunos casos se mezclaban, en general frecuentaban salas de baile diferentes según su orientación sexual.

Los heterosexuales tomaron al asalto clubes como Electric Circus o Zodiac, con un repertorio de rock, rythm and blues y formas precursoras de lo que hoy conocemos como “world music”. Por su parte, los hombres y mujeres homosexuales preferían bares o clubes de barrio, legales o clandestinos, situados en zonas étnicamente homogéneas como Harlem, la parte hispana de ese barrio o el Upper West Side.

Los legendarios motines de Stonewall, en Greenwich Village, del 28 de junio de 1969, terminaron con las frecuentes redadas policiales en estos bares gays. Los homosexuales combatieron por primera vez colectivamente y con éxito el acoso policial, hasta el punto de que después de Stonewall muchos gays y lesbianas comenzaron a ver en el dance no sólo un pasatiempo, sino también un poderoso medio para crear conciencia de grupo. 




Aunque la discoteca gay más antigua del estado de Nueva York estuvo probablemente en Cherry Groove , en Fire Island, el primer local urbano que convirtió a las discotecas en lugares notorios, a la vez prohibidos y atractivos, fue The Sanctuary, situado en Manhat tan, en la calle 43. Este lugar se convirtió en los setenta en modelo de otras discotecas gays y fue también cuna del primer disc-jockey transformado en estrella del pop. La gente acudía allí a ver y escuchar a Francis (Grasso), que había ideado un nuevo instrumento, consistente en dos platinas y un mezclador, y un nuevo espacio: la cabina del disc-jockey, que, con sus controles de luz y sonido, conseguía que el público bailara con desenfreno y sin parar.

Hacia 1973, revistas como Billboard y Rolling Stone y radioemisoras de Nueva York se hicieron eco del fenómeno “disco”. Los fans comenzaron a comprar discos en una cantidad tal que las productoras tuvieron que prestar atención a un género que hasta entonces habían ignorado. Como sus antepasados de la radio de los cincuenta, los discjockeys conquistaron un poder capaz de convertir un tema en un éxito o un fracaso. Su creciente notoriedad hizo que pronto pudieran intervenir en la producción. Por ejemplo, el DJ neoyorquino David Todd dio a conocer a Van McCoy, productor de la firma R&B, un baile latino llamado the hustle (“el empujón”). Con él, McCoy produjo un disco que fue número uno y Todd pasó a desarrollar el departamento disco de una gran compañía: RCA.

La música borra fronteras
Entre 1975 y 1985, las fronteras entre productores, ingenieros de sonido, compositores y disc-jockeys fueron difuminándose. Lejos de limitarse a poner música en las discotecas, los disc-jockeys comenzaron a aventurarse en los estudios de grabación, llevando consigo los conceptos y técnicas para mezclar música, crear sonidos y versiones nuevas de temas antiguos que utilizaban en sus lugares tradicionales de trabajo. Para mezclar música dieron a ciertas herramientas tecnológicas un uso que sus creadores nunca habrían imaginado. Por ejemplo, un sintetizador/secuenciador sencillo, el Roland TB-303, creado en 1983 para que los músicos de rock pudieran imitar el sonido de un bajo, se convirtió en la materia prima del acid house. Además, los disc-jockeys no se limitaron a utilizar este instrumento de manera ortodoxa, sino que experimentaron con él igual que con los discos. Uniendo a los secuenciadores las cajas de ritmos, no sólo lograron aumentar y diversificar sus repertorios, sino que produjeron nuevas versiones que pusieron a la venta. Así fue como la música disco se convirtió en música house.

Los beneficios económicos de la música dance crecieron paralelamente a este intercambio estético y tecnológico entre disc-jockeys y estudios de grabación. Por otra parte, los disc-jockeys han sido los paladines de la lucha contra la muerte del vinilo. Y las principales instituciones de la industria de la música dance –sellos independientes, compañías que distribuyen discos promocionales a los disc-jockeys que se comprometen a difundirlos, clubes underground y tiendas especializadas– suelen contar entre su personal con disc-jockeys que basan su actividad en el creciente reconocimiento de su arte y pericia como músicos e intérpretes. Ello transformó a los disc-jockeys de pinchadiscos a mezcladores y productores. La música dance es hoy un fenómeno planetario que viaja de la mano de un grupo de disc-jockeys que tejen su propia versión personal de la Red: la “a utopista” de la música dance está hecha de caminos que comunican entre sí las diferentes culturas locales. 




Para los disc-jockeys neoyorquinos, los primeros caminos pasan por otras ciudades estadounidenses con culturas dance locales establecidas o incipientes. Desde Nueva York, Danny Tenaglia se trasladó a Miami. Allí se formó como DJ antes de regresar a Manhat tan, donde es hoy uno de los más solicitados creadores de nuevas versiones de temas de otros artistas. Frankie Knuckles, también de Nueva York, se mudó a Chicago para convertirse en el DJ de The Warehouse, un club de negros homosexuales. Por supuesto, uno y otro iban y venían continuamente a Nueva York para traer y llevar nuevos sonidos. En la actualidad, ambos han regresado a la Gran Manzana y viven de su trabajo como disc-jockeys y mezcladores. El segundo gran eje de la música club partió de Chicago vía Nueva York y llegó a Londres. Hacia 1986 o 1987, después de la primera época dorada del house en Chicago, se hizo evidente que las mayores casas de discos y medios de comunicación ponían reparos a la venta en gran escala de este tipo de música, asociada con los homosexuales negros. Los artistas del house se volcaron hacia Europa, sobre todo a Londres, pero también a ciudades como Amsterdam, Berlín, Manchester, Milán, o Zurich, e incluso a Tel Aviv. El resto es la historia de lo que se convirtió en la cultura rave, un fenómeno juvenil europeo que goza de muy buena salud. Un tercer eje llega hasta Japón, donde, desde fines de los ochenta, los disc-jockeys neoyorquinos tuvieron la oportunidad de actuar como invitados ante audiencias tan lejanas geográfica y culturalmente de la sensibilidad homosexual afroamericana como la europea. No obstante, tanto en Tokio como en otras grandes ciudades niponas se desarrollaron estilos locales de dance. Con la llegada del nuevo milenio, los vientos de esta cultura comienzan a soplar en nuevos destinos como São Paulo, Ciudad de México y capitales africanas como Dares Salaam. Una nueva generación está enriqueciendo una tradición que no tiene ni manuales ni instrucciones de uso. La transmiten oralmente disc-jockeys que a su vez aprendieron de quienes los precedieron. Ojalá sigan adelante.



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